El consumismo y la depredación irracional de los recursos naturales de la Tierra son los factores, científicamente comprobados, que han acelerado en niveles alarmantes los cambios desfavorables para animales, personas y habitats que la componen. Durante tres años, 300 especialistas coordinados por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA ) elaboraron el informe GEO-5, que alarma fundadamente que las alteraciones de los ecosistemas pueden provocar cambios "sin precedentes" siendo "abruptos e irreversibles".
Esto tomando en cuenta el calentamiento de dos grados centígrados de la atmósfera debido a la quema de combustibles fósiles iniciada con la revolución industrial. Es por eso que los científicos recomendaron a los gobiernos no continuar con subsidios de esta índole que son cinco veces mayor al de las energías renovables. Plantea que "hasta 80 por ciento del consumo de energía primaria en el mundo se da en la suma de carbón, petróleo y gas natural".
“El crecimiento económico ha tenido lugar a expensas de los recursos naturales y los ecosistemas; debido a los incentivos perjudiciales" manifiesta el informe y agrega que el uso de suelos que ha provocado la deforestación y degradación de los bosques, sobretodo tropicales "suponen un costo para la economía mundial, incluso, superior a las pérdidas derivadas de la crisis financiera de 2008”.
Respecto a los océanos la cosa continúa empeorando. Plantea que “la absorción excesiva de CO2 de la atmósfera está provocando la acidificación de los océanos, que se cierne como una gran amenaza para las comunidades de arrecifes de coral y los mariscos”. Además, “El número de zonas costeras eutróficas (con proliferación de microorganismos por la contaminación) ha aumentado considerablemente desde 1990: al menos 415 zonas costeras han dado signos de una eutrofización grave y, de ellas, solo 13 se están recuperando”, lo que demuestra la degradación de lo que fue para el planeta hace millones de años, la cuna de la vida.
Para colmo, el informe define que respecto a la biodiversidad, nos encontramos en este momento durante la "sexta extinción" ya que “hasta dos tercios de las especies en algunos taxones están amenazadas de extinción; las poblaciones de especies están en declive, desde 1970, las poblaciones de vertebrados han disminuido en un 30%; y desde 1970 la conversión y la degradación han provocado una reducción del 20% en algunos de los hábitats naturales”. Por eso sugiere que el "mercado", responsable del calentamiento global por sobreexplotar el planeta según el citado informe de la WWF "Planeta Vivo" que revela que utilizamos 1.5 planetas para satisfacer nuestras necesidades, debe hacerse cargo creando políticas y gravámenes para evitar un impacto aún mayor, incluido el que afecta a la salud humana.
En términos de acceso al agua potable, el informe tiene la cara más amable. Si bien 2.600 millones de personas no tienen acceso a la depuración de aguas y el 80% de la población vive en zonas amenazadas por la seguridad de suministro de agua, las metas propuestas por la ONU en 1990 respecto al acceso a agua potable, han sido cumplidas y rebasadas.
Ante este devastador informe se plantea un desafío para la humanidad ad portas de la Cumbre Río + 20 en dos semanas en Brasil. Se propuso la eliminación de producción y uso de sustancias que destruyen la capa de ozono, así como del uso de plomo en combustibles, el acceso creciente a las fuentes mejoradas de agua y el aumento de estudios para reducir la contaminación del ambiente. Para esto se necesitan de todos los esfuerzos individuales, pero por sobretodo el cambio de un modelo económico depredador que ya ha tocado fondo con "evidencias científicas que dejan poco margen de dudas".
El problema se presenta cuando los presidentes de turno, en este caso Sebastián Piñera, en su cuenta pública menciona que “Las exportaciones han crecido más del 40% en los últimos dos años, pasando de U$ 55 mil MM el 2009 a 81 mil MM el 2011″, lo que extraña que continuaremos echando mano a los recursos naturales, muchas veces sin suficientes planes de mitigación.
También ha dicho que “El 2011, el sector agrícola y forestal creció a más del 11%, casi duplicando el crecimiento promedio del país”. El tema es que los puntos más preocupantes para Chile, según el informe “Planeta Vivo”, y que mantiene al país en un frágil equilibrio, son las emisiones de CO2 y la explotación forestal.
El Presidente mencionó que “la minería representa hoy el 15% de nuestro PIB (producto interno bruto), el 17% de los ingresos fiscales y el 60% de nuestras exportaciones”, sin embargo, no mencionó algún compromiso de las mineras para contrarrestar la contaminación y el apremio energético que seguirá poniendo en jaque a todo el país. Incluso la cuprífera estatal Codelco, tiene en condiciones de extrema toxicidad a comunidades como la de Ventanas en Puchuncaví en la Región de Valparaíso y en todo Chile. Y ni hablar de las termoeléctricas que año a año aumentan su capacidad, y son inauguradas en promedio cinco anualmente. Sin contar que aumentará la matriz carbonifera con el emprendimiento en Isla Riesco.
Sencillamente preocupante y profundamente triste. Se viene muy cuesta arriba convencer a quienes tienen el poder económico de que la gran parte de los habitantes del tercer planeta (el 99%) quiere y trabaja por un futuro verde.
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Fuente: La ONU alerta de cambios “sin precedentes” en la Tierra (El País)
Informe: El planeta peligra por consumismo y depredación de recursos (El Clarín)
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